TRÁNSITOS
Argentina no cuenta con refugios pertenecientes al Estado, por lo que las agrupaciones protectoras trabajan con hogares de tránsito.
¿En qué consiste?
Cada voluntario recibe los gatos en su casa, ocupándose personalmente de su recuperación y asilo.
Como cada animal tiene necesidades específicas, la experiencia del voluntario es vital para decidir su tránsito. Algunos casos requieren asistencia veterinaria continua, mientras que otros solo necesitan cuidados básicos.
Al igual que el resto de los voluntarios, comencé con casos simples, pero en el último tiempo mis tránsitos se han enfocado en casos de socialización y recuperación más serios, poniendo a prueba las teorías y conocimientos aprendidos.
La pregunta más realizada en relación al tema no es cuánto espacio se necesita o qué conocimientos específicos demandan los tránsitos. Lo que preocupa es el momento de desprenderse, es decir, cómo hacemos para no encariñarnos.
La respuesta a esto es bastante simple. No se trata de no tomarles cariño, porque sería imposible no hacerlo, sino de mantener claro nuestro objetivo y recordar por qué lo estamos haciendo: en nuestra casa hay uno pero afuera aun hay miles que aún esperan.
Las organizaciones protectoras están sobrepasadas, y sin ayuda ni subsidios, la única chance de esos animales es que mas gente ofrezca su casa para darles cobijo, sabiendo que dolerá dejarlos ir, pero también que les salvaron la vida.
¿Cómo se puede ayudar?
Hay muchas maneras. Ser hogar de tránsito es una de ellas pero no la única.
Se puede ser voluntario en eventos o campañas de castración, ya sea en trabajo de campo o ayudando a organizarla. También se puede colaborar comprando artículos en nuestra tienda, apadrinando castraciones, difundiendo los casos que recibimos, entre otras.
Te invito a formar parte de estas filas, del modo en que puedas, te aseguro que no te vas a arrepentir.
Como una imagen vale mas que mil palabras, a continuación les comparto la evolución de algunos de mis casos de mayor impacto:
Toulouse: abandonado por su mamá junto con sus hermanos, criado a mamadera (hoy mi gato);
Roma: encontrado dentro de una caja con doble fractura de maxilar inferior;
Segundo: recogido de una estación de tren con su pata posterior izquierda destrozada;
Nico: 1 año de edad y 600g de peso, atacado por perros;
Justina: preñada con sus bebes ya sin vida, infección respiratoria generalizada, ViLeF, tan débil que no podía sostenerse en pie
Sombra: liberada del interior de una chimenea, con signos de agresión y estrés post traumático;
Chino: rescatado del techo de un supermercado donde fue mantenido 4 años en condiciones deplorables y sin contacto con humanos;
Armani: abandonado por su mamá, criado a mamadera
Finn: sarna avanzada y ViF positivo.
Todos estos gatos, así como tantos otros que han pasado, fueron victimas del abandono y maltrato, recuperados y dados en adopción.